La lectura de un libro escrito por un amigo siempre es un acto emocionante, ya que se descubren ámbitos de la amistad que habían pasado inadvertidos en el trato personal. En este caso, esto se ve acentuado por el propio tema del libro, que trata de la amistad.
Hace muchos años que soy amigo de Alfredo, y en honor a la verdad, tengo que decir que nuestra amistad está cimentada más en su grandísima calidad humana y su capacidad de "regalar" amistad que en la mía propia... Pero es que Alfredo es un genio de la amistad.
Y también un genio de la escritura. Lo pude comprobar en nuestro viaje a Roma. A lo largo de los 9 días, iba recogiendo las anécdotas de cada día en una especie de sencillo diario, gracias al cual, a la vuelta del viaje, nos compuso un relato maravilloso del mismo. Siempre he recordado ese detalle como una demostración de lo que supone la pasión por contar y por escribir. Es más, he tratado de incorporar esa enriquecedora costumbre a mis propios viajes.
Este libro que ahora he leído, "La amistad del cristiano", podría atraernos a primera vista como un manual para ganar en habilidades sociales. He de confesar que así fue como me aventuré en la lectura. Uno siempre piensa que puede ser mejor amigo, que podría llegar a más personas, que es difícil quedar plenamente satisfecho con la manera de tratar las relaciones de amistad... y ante el título del libro, y ante la autoridad del autor, me dije: "Seguro que en este libro hay unos cuantos secretillos para mejorar como amigo". Pues en parte en así, pero la realidad es que el libro es mucho más que eso. Alfredo vuelve a darnos "liebre por gato". De hecho, durante la lectura he pensado en bastantes ocasiones que el título del libro está "cambiado" y que en lugar de "La amistad del cristiano" la obra se debería de haber titulado "El cristiano como amigo". Porque cada párrafo del libro aporta una idea sobre lo que supone ser cristiano de verdad. Ser cristiano como amigo de Cristo. Se trata de crecer en vida interior hasta el desbordamiento, de manera que el Amor al Señor nos convierta en los mejores amigos que podamos llegar a ser de las personas que tratamos.
Es un libro hermoso, cargado de humanidad y de sobrenaturalidad al mismo tiempo, y que nos aporta infinidad de pistas para ser buenos amigos de Cristo, que no es otra cosa el ser cristiano.
"Ya no os llamo siervos porque el siervo no sabe lo que hace el amo. A vosotros os he llamado amigos porque os comuniqué cuanto escuché a mi padre" (Jn 15,15).
Alfredo Alonso-Allende es Doctor en Ciencias Químicas y Biólogo. Fue Premio de Investigación Juan de la Cierva Codorniú. Ha publicado varios libros, entre otros, "Ser Amigos", "Adiskide izaten ikasi" y "Aprender a ser Amigos".
Y además es una de las personas que mejor sabe hacer sentir la amistad que tiene a sus amigos.